Información interesante que incluye este artículo:
La huella de carbono es una medida que cuantifica el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente. Es un indicador ambiental de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) emitidas directa o indirectamente por una persona, una empresa u organización, un producto, un área geográfica o incluso un evento.
Se ha convertido en una herramienta útil para comprender qué comportamientos y acciones contribuyen a aumentar nuestras emisiones y descubrir cómo contaminar menos y utilizar los recursos disponibles de manera más eficiente.
Al usar este medidor y ser consciente de nuestro impacto ambiental, se pueden implementar estrategias para reducir y compensar nuestras emisiones.
Calcular la huella de carbono
Existen diferentes herramientas para calcular la huella de carbono. Para hacerlo de forma individual, una de las más cómodas son las calculadoras de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El principal objetivo de esta herramienta es que las personas conozcan y modifiquen sus hábitos de consumo de energía, productos y movilidad, entre otros, para reducirlo. Por ejemplo, según la calculadora Zero CO2, realizar un viaje de ida y vuelta en avión entre Madrid y París equivale a 4.807,15 kg de CO2 al año. Para ponerlo en perspectiva, un árbol absorbe alrededor de 10 a 30 kg de CO2 cada año.
La huella de carbono calculada por esta herramienta se divide en tres tipos de fuentes de emisión. Los generados directamente por nuestros propios vehículos o los generados por máquinas en los procesos productivos son los principales responsables. El gas refrigerante también se escapa del equipo de aire acondicionado. Las emisiones indirectas son aquellas vinculadas al consumo de electricidad y / o vapor generado por terceros pero consumido por una persona o una empresa.
Además, hay otras emisiones indirectas que son las más difíciles de contabilizar. Se tienen en cuenta los viajes realizados en medios de transporte que no son los propios (tren o avión por ejemplo). También son atribuibles a los productos y servicios adquiridos, que a su vez habrán generado previamente emisiones para ser producidas y transportadas.
Por ejemplo, si una familia de 4 personas pernocta durante un fin de semana prolongado de 3 días en un hotel de 3 estrellas, la emisión total de CO2 es de 267,60 kg, sin incluir el viaje al hotel. Para compensar estas emisiones, se deben plantar entre 9 y 27 árboles.
Reducir y compensar la huella de carbono
El principal objetivo de conocer la huella de carbono individual y colectiva es educar a la ciudadanía para que reduzcan las emisiones de CO2 y que el sistema de compensación se convierta en el último recurso. Estos compromisos constituyen propuestas en los campos de la energía, el agua, la movilidad, el consumo de productos, los residuos, la alimentación y el reciclaje.
Según la comunidad #PorElClima, el automóvil representa el 12% del consumo total de energía que realiza una persona. Como es el medio de transporte más utilizado, es una forma importante de reducir su huella de carbono. Al sustituirlo por un vehículo híbrido o, mejor, por transporte público, se reducen las emisiones.
En la casa, la calefacción es la principal causa de consumo energético. Las válvulas termostáticas en los radiadores y los termostatos programables pueden ahorrar hasta un 13% de electricidad. En verano, mantener el aire acondicionado a 25 ° C permite un consumo energético moderado. Cada vez que utilizamos el aire acondicionado para reducir la temperatura ambiente en un grado, el consumo de energía aumenta un 8% en comparación con las emisiones anteriores.
El uso de electrodomésticos de alto rendimiento, clase A +++, equipos informáticos con sistema energético “Energy Star”, o incluso bombillas LED, son otras formas de reducir el consumo energético en el hogar.
Tener en cuenta los alimentos que compramos y de dónde vienen también puede convertirse en una forma de reducir nuestra huella de carbono. La producción de alimentos es una de las actividades humanas con mayor impacto ecológico, ya que genera el 26% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.
El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) de España aconseja comprar productos de temporada, cercanos y ecológicos; consumir más alimentos de origen vegetal que animal; utilizar la energía de forma eficiente antes, durante y después de cocinar; y reutilice los restos de comida para hacer otras recetas.
Dado que es difícil no generar emisiones, es posible compensar lo que no se ha reducido. Se trata de compensar las emisiones de CO2 mediante aportaciones, apoyos y participación en proyectos que absorban proporcionalmente el CO2 generado. Evitar la deforestación de los bosques y promover la plantación de nuevos árboles ayuda a reducir el exceso de CO2 en la atmósfera ya que actúan como sumideros de carbono que retienen el gas.